Dieta saludable y ejercicio para la salud cardiometabólica

miércoles 30-junio-2021

Para los adultos de mediana edad, combinar el ejercicio regular con una dieta saludable puede ser clave para disponer de buena salud cardiometabólica a una edad más avanzada. Así parece deducirse de un reciente estudio publicado en el "Journal of the American Heart Association" (Revista de la Asociación Americana del Corazón) [1].


Trastornos cardiometabólicos

Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes mellitus, la hipertensión, la obesidad, la dislipidemia y la lesión renal crónica son patologías que se engloban dentro de la denominación «enfermedades cardiometabólicas» [2]. Un factor de riesgo que propicia el empeoramiento de la salud cardiometabólica es, entre otros, el síndrome metabólico. Este síndrome se caracteriza por un almacenamiento excesivo de grasa alrededor de la cintura, resistencia a la insulina, hiperglucemia, dislipidemia e hipertensión arterial [3].

El gobierno realiza recomendaciones periódicas sobre alimentación saludable y hacer suficiente ejercicio. La cuestión radica en si estas recomendaciones, en caso de que se sigan, pueden contribuir a reducir el riesgo de sufrir este tipo de problemas cardiometabólicos.

 

El estudio

El estudio [1] utilizó los resultados del Framingham Heart Study. Para ello, se seleccionaron 2379 participantes de raza blanca que tenían una edad media de 47 años. Algo más de la mitad (54,4 %) de los participantes eran mujeres. En el estudio se analizó hasta qué punto la cantidad y el tipo de ejercicio y la composición de la dieta de los participantes se correspondían con las recomendaciones emitidas por el gobierno estadounidense en 2015 y en 2018.

Las recomendaciones norteamericanas sobre la alimentación saludable indicaban que la dieta debía consistir principalmente en alimentos ricos en nutrientes, haciendo énfasis en las verduras, la fruta, los cereales integrales, los frutos secos y las semillas. Por otro lado, se aconsejaba comer más marisco, productos lácteos bajos en grasa y una cantidad limitada de carne magra, aves y huevos [4]. Esta recomendación dietética incluye consumir cereales (integrales) y productos lácteos. Estos son alimentos que en principio no encajan en la visión ortomolecular y evolutiva de la nutrición. Las recomendaciones sobre el ejercicio incluyen hacer un mínimo de ejercicio de 150 minutos de intensidad moderada, o 75 minutos de ejercicio de alta intensidad a la semana.

 

Resultados de la encuesta

De todos los participantes en el estudio, únicamente el 28 % siguieron las recomendaciones sobre la dieta y el ejercicio, mientras que el 47 % de los participantes solo siguieron uno de los dos tipos de recomendaciones (ejercicio o dieta). En aquellos participantes que se limitaron a las recomendaciones sobre el ejercicio, el riesgo de desarrollar el síndrome metabólico disminuyó en un 51 %, mientras que aquellos que únicamente siguieron las indicaciones dietéticas, lo hizo en un 33 %. Los participantes que siguieron ambas recomendaciones tuvieron un 65 % menos de riesgo de sufrir síndrome metabólico.


Evaluación de los resultados

Los investigadores llegaron a la conclusión de que hacer ejercicio con regularidad y llevar una dieta saludable puede ser un factor indispensable para gozar de una salud cardiometabólica óptima en una edad más avanzada. El síndrome metabólico forma parte de los factores de riesgo que provocan las enfermedades cardiometabólicas. Combinar una vida activa con una dieta saludable reduce significativamente las posibilidades de padecer síndrome metabólico. La conclusión del estudio parece estar justificada.

Resultaría interesante ver si eliminar el consumo de cereales y productos lácteos de las recomendaciones dietéticas mejoraría aún más los resultados.


Conocimientos en la práctica

Lo sorprendente de este estudio es que el ejercicio, en particular, parece cumplir una función importante en la prevención de la aparición del síndrome metabólico, incluso más que una dieta saludable. No obstante, la combinación de estas dos recomendaciones funciona sinérgicamente.

Para algunos de sus pacientes puede que al principio resulte más complicado adaptar la dieta y empezar a hacer más ejercicio. En ese caso, hacer recomendaciones sobre ejercicios que incluyan al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana supone un buen punto de partida. De esta manera, pueden mejorarse los aspectos mencionados anteriormente que forman parte del síndrome metabólico, lo que disminuye el riesgo de deterioro de la salud cardiometabólica. Además, le permite tanto a usted como a su paciente disponer de un tiempo extra para adaptar la nutrición al ritmo que mejor le convenga a su cliente para lograr resultados aún mejores.


Fuentes

[1]          Joowon Lee, Maura E. Walker, Maximillian T. Bourdillon, Nicole L. Spartano, Gail T. Rogers, Paul F. Jacques, Ramachandran S. Vasan, Vanessa Xanthakis. Conjoint Associations of Adherence to Physical Activity and Dietary Guidelines With Cardiometabolic Health: The Framingham Heart Study. Journal of the American Heart Association, 2021; DOI: 10.1161/JAHA.120.019800

[2]          Chen Q, Shi X, Tang Y, Wang B, Xie HF, Shi W, Li J. Association between rosacea and cardiometabolic disease: A systematic review and meta-analysis. J Am Acad Dermatol. 2020 Nov;83(5):1331-1340. doi: 10.1016/j.jaad.2020.04.113. Epub 2020 Apr 28. PMID: 32360724.

[3]          Zimmet PZ, Magliano DJ, Herman WH, Shaw JE. Diabetes: a 21st century challenge. Lancet Diabetes Endocrinol. 2014 Jan;2(1):56-64. doi: 10.1016/S2213-8587(13)70112-8. Epub 2013 Dec 3. PMID: 24622669.

[4]          Shelley McGuire, U.S. Department of Agriculture and U.S. Department of Health and Human Services, Dietary Guidelines for Americans, 2010. 7th Edition, Washington, DC: U.S. Government Printing Office, January 2011, Advances in Nutrition, Volume 2, Issue 3, May 2011, Pages 293–294, https://doi.org/10.3945/an.111.000430