Una parte importante de las funciones de la vitamina E puede retrotraerse a un único principio muy sencillo: la protección de ácidos grasos y sustancias liposolubles contra la destrucción a causa del oxígeno y sustancias tóxicas como metales pesados y ciertos fármacos. Las sustancias liposolubles que protege la vitamina E son, entre otras, la vitamina A, los carotenoides y hormonas sexuales y suprarrenales. Como tales contenidos lipídicos pueden encontrarse por todo el cuerpo (están en todas las membranas celulares así como en el tejido conectivo), una deficiencia de vitamina E tiene consecuencias profundas.
Efectos más importantes de la vitamina E:
- efecto antioxidante: la vitamina E es el principal antioxidante liposoluble. En el organismo se encuentra en gran cantidad en la membrana celular, donde protege a los vulnerables ácidos grasos insaturados contra la acción destructora de los radicales libres (especialmente en el cerebro). En particular el d-alfa-tocoferol estabiliza las membranas celulares e inhibe así el proceso de envejecimiento de las células.
- sistema cardiovascular: la vitamina E es muy importante para un buen estado del sistema cardiovascular, ya que modifica y estabiliza las grasas en sangre. Combate la formación de coágulos (trombos) al ejercer un efecto anticoagulante y mejorar la circulación sanguínea. Combate la oxidación del colesterol LDL, refuerza las paredes capilares e inhibe la formación de placas ateroescleróticas. Además, la vitamina E está implicada en la formación y protección de glóbulos rojos frente a toxinas en la sangre.
- fertilidad: la denominación química de la vitamina E, “tocoferol”, procede del griego y literalmente significa “llevar descendencia”. La vitamina E recibió este nombre en 1922, cuando se descubrió que las ratas que no disponían de ella se volvían infértiles. Por tanto, no es de extrañar que esta vitamina tenga un papel importante en la fertilidad. Favorece en alto grado la motilidad de espermatozoides inactivos y tiene además una influencia positiva en la implantación del óvulo en la pared uterina.
- respiración celular: la vitamina E resulta esencial para la producción de energía al estar implicada de forma destacada en la respiración celular. Aporta oxígeno a los órganos y sobre todo a los músculos (incluido el cardiaco), lo que mejora la capacidad de aguante.
- función neurológica: la vitamina E tiene un importante papel en la transferencia de impulsos nerviosos.
El término “vitamina E” actualmente está contemplado como un concepto global que no solo denota el d-alfa-tocoferol sino todos los compuestos que poseen la actividad de tal vitamina. Estas otras formas de vitamina E, que algunos consideran menos activas, presentan en ciertos aspectos una actividad igual de buena o incluso mejor que la del d-alfa-tocoferol. Así por ejemplo, presentan actividad de vitamina E sustancias relacionadas con este último como el d-beta, el d-gamma y el d-delta-tocoferol, así como el grupo de los tocotrienoles.
En productos de origen animal, la práctica totalidad de la vitamina E disponible procede de alfa-tocoferol. En el plasma sanguíneo del ser humano, el contenido de tocoferol se compone de un 83 % de d-alfa-tocoferol y un 13 % de d-gamma-tocoferol. En aceites vegetales se encuentran otras sustancias vitamina E, por lo que en ocasiones, como en el caso del aceite de soja, el alfa-tocoferol solo supone un 10 % del total de tocoferoles.
La mayoría de los suplementos de vitamina E que se venden en los Países Bajos se componen principalmente de formas de alfa-tocoferol.
No obstante, cada vez está quedando más claro que para obtener las máximas ventajas de la suplementación con vitamina E es necesario un complejo de tocoferoles (alfa, beta, delta y gamma). Algunas funciones de los contenidos vitamínicos de tal complejo son comparables a las del d-alfa-tocoferol, pero tienen además otras totalmente diferentes. Así por ejemplo, el gamma-tocoferol parece ejercer un efecto antiinflamatorio además de constituir un antioxidante más eficaz que el alfa-tocoferol, en concreto a la hora de reducir radicales de óxido nítrico y ozono. En un complejo, estos componentes con actividad de vitamina E trabajan conjuntamente de forma sinérgica. Por tanto, el complejo de vitamina E puede combatir un espectro más amplio de radicales libres que el alfa-tocoferol por sí solo.
Estas otras formas de vitamina E posiblemente estén también implicadas de manera importante en diversos aspectos de tal vitamina que han sido objeto de controversias recientes. Varios grandes estudios han mostrado un claro efecto protector de la vitamina E contra la aparición de afecciones cardiovasculares, pero otros apuntan precisamente a lo contrario. Es posible que tal discrepancia pueda aclararse por el hecho de que en estas últimas investigaciones solo se examinó el alfa-tocoferol, dejando fuera el gamma-tocoferol. Las altas dosis de alfa-tocoferol por sí solo parecen reducir la absorción de gamma-tocoferol. Por tanto, es mejor tomar todos los miembros de la familia de la vitamina E en un complejo.