Prevención y tratamiento de la homocisteína

miércoles 28-junio-2017

Un nivel elevado de homocisteína es un factor de riesgo importante para las cardiovasculopatías. A través de la dieta y la suplementación con vitaminas B6, B12 y ácido fólico, se puede reducir este riesgo. ¿Pero qué dieta es la que más ayuda? ¿Y cuánto hay que suplementar?

 

La homocisteína en altas dosis es un producto tóxico del metabolismo del aminoácido metionina y es, entre otros, un potente iniciador de reacciones de radicales libres. El descubrimiento del papel que esta sustancia tiene en nuestro cuerpo se considera uno de los hallazgos clínicos más importantes de los últimos diez años.

 

Factor de riesgo más importante que el colesterol 

La hipótesis del colesterol establece que las personas con un colesterol elevado tienen mayor riesgo de sufrir patologías cardiovasculares. Sin embargo, en una revisión de varios estudios realizados con un total de 68.000 personas, se ha descubierto que el colesterol LDL "malo" no lo es tanto [3]. Según los investigadores, analizando todos los estudios se ve que, entre las personas mayores, o bien no se halló ninguna relación entre un colesterol LDL elevado y las enfermedades cardiovasculares, o bien la relación era inversamente proporcional. Esto último significa que el colesterol LDL también puede ser sano: según los investigadores, incluso podría proteger contra el párkinson y el alzhéimer. Esto es muy diferente en el caso de la homocisteína.

 

Un nivel elevado de esta sustancia parece ser un factor de riesgo importante, más que el colesterol, para el desarrollo de cardiovasculopatías [1, 4]. Cada vez hay más evidencia científica de que la homocisteína puede dañar la pared de los vasos sanguíneos y, así, dar lugar a la formación de placas y a unos vasos menos elásticos, lo que obstaculiza la circulación de la sangre. La homocisteína también favorecería la aglutinación de las plaquetas. A la larga esto puede resultar, por ejemplo, en un infarto o un ictus. También otras patologías, como los defectos del tubo neural [2], el deterioro mental en ancianos (demencia) y la artritis reumatoide, han sido puestas en relación con un nivel elevado de homocisteína.

 

Metabolismo de la homocisteína alterado 

En muchas personas, el metabolismo de la homocisteína está alterado, lo que puede hacer que esta se acumule. Se estima que el 9% de la población y aproximadamente el 20% de los pacientes con problemas cardiovasculares padecen un defecto genético que impide que la homocisteína se descomponga bien [5]. Por consiguiente, estas personas tienen niveles muy elevados de esta sustancia en la sangre. Pero al menos igual de importante es que las deficiencias relativas de vitaminas B6, B12 y, sobre todo, de ácido fólico, pueden provocar un gran aumento de los niveles de homocisteína.

 

Las vitaminas B6, B12 y ácido fólico son sustancias esenciales a la hora de normalizar un nivel alto de homocisteína. Estas tres vitaminas desempeñan un papel importante en las llamadas reacciones de metilación del organismo, un importante proceso bioquímico en el que se cede un grupo metilo (-CH3). En él, el ácido fólico y la vitamina B12 aportan los grupos metilo necesarios. La metionina que se vuelve a formar a partir de la nociva homocisteína es un ejemplo importante de reacción de metilación. Pero que la metilación funcione bien también es primordial para muchas otras reacciones importantes del organismo, como la síntesis de neurotransmisores y la de ADN.

 

Dieta rica en vitaminas del grupo B 

El planteamiento empieza siempre por la alimentación. Nuestra dieta ancestral se componía de plantas ricas en vitaminas B, fruta, frutos secos, pescado, crustáceos, moluscos y, cuando la había, carne. Nuestra dieta actual está compuesta principalmente por carne roja procesada (que sí es rica en vitamina B12), margarina, productos lácteos, cereales refinados y azúcares. Además, en estos alimentos muy calóricos y fácilmente digeribles han desaparecido en su mayor parte los micronutrientes. Esto entronca con el déficit de vitaminas que se ve con frecuencia en el mundo occidental, así como las patologías del bienestar contra las que tenemos que luchar, como las enfermedades cardiovasculares.

 

Además de la paleodieta, la dieta mediterránea también ha sido asociada con unos niveles más altos de vitaminas y minerales en el cuerpo [6]. La dieta mediterránea se compone principalmente de fruta, verduras, carbohidratos complejos, aceite de oliva, vino tinto, pescado y carne blanca. Al igual que la paleodieta, también proporciona más vitaminas del grupo B que una dieta media occidental. Estas vitaminas B contribuyen a reducir los niveles de homocisteína.

 

Cuánto suplementar 

El comité de nutrición de la American Heart Association (la asociación americana de cardiología) recomienda, en caso de nivel alto de homocisteína, suplementar diariamente con 2,5 mg de ácido fólico, 0,5 mg de vitamina B12 y 25 mg de vitamina B6. Ello además de una dieta sana, si la hay. Así pues, con dieta y suplementación se puede hacer mucho, tanto a nivel preventivo como curativo.

 

Fuentes 

[1] Blacher J, Safar ME. Homocysteine, folic acid, B vitamins and cardiovascular risk. J Nutr Health Aging 2001;5(3):196-9.

[2] Refsum H. Folate, vitamin B12 and homocysteine in relation to birth defects and pregnancy outcome. Br J Nutr 2001 May;85 Suppl 2:S109-13.

[3] Uffe Ravnskov et al., Lack of an association or an inverse association between low-density-lipoprotein cholesterol and mortality in the elderly: a systematic review, BMJ Open  2016;6:e010401

[4] Wald DS, Law M, Morris JK. Homocysteine and cardiovascular disease: evidence on causality from a meta-analysis. BMJ 2002 Nov 23;325(7374):1202.

[5] http://www.naturafoundation.nl/monografie/Foliumzuur.html

[6] rush.edu/news/pressreleases/mediterranean-diet-associated-slower-rate-cognitive-decline