Protocolo para el hipotiroidismo

viernes 19-mayo-2017

El hipotiroidismo es un problema al que no se le presta la suficiente atención dentro de la atención sanitaria. Y, sin embargo, la OMS afirma que aproximadamente un tercio de la población mundial se enfrenta a una deficiencia de yodo y, por tanto, tiene problemas de tiroides. Y esto no pasa solo en países cuyo suelo es pobre en yodo.

 

A nivel mundial, la carencia de yodo es la principal causa de hipotiroidismo primario y, en función de la edad, puede dar lugar a diferentes patologías. Especialmente las mujeres embarazadas constituyen un importante grupo de riesgo. Ellas tienen una mayor necesidad de yodo para que el feto tenga un buen desarrollo cerebral.

 

Alimentación actual 

La falta de yodo no se da solo en países cuyo suelo es pobre en yodo. La alimentación occidental actual contiene relativamente poco yodo, aparte del que se añade al pan (sal yodada). Una fuente rica en yodo natural es el mejillón, pero habría que comer 900 gramos al día para llegar a la ingesta de referencia.

 

Además, en adultos pueden pasar años hasta que un déficit de yodo da la cara, ya que el organismo agota primero las reservas de yodo del tiroides. El hipotiroidismo leve está asociado a molestias inespecíficas. Si este hipotiroidismo sigue sin tratarse, pueden aparecer toda clase de síntomas.

 

Algunos que pueden presentarse son:

•    Fatiga, lentitud, apatía

•    Sensibilidad al frío

•    Estreñimiento

•    Aumento de peso

•    Problemas de concentración, pérdida de memoria

•    Caída de cabello, piel seca

•    Calambres musculares, molestias articulares

•    Edema

•    Bocio

•    Retraso en el crecimiento y desarrollo (intrauterino)

•    Mortalidad intrauterina

•    Complicaciones en el embarazo

•    Cretinismo

•    Retraso mental

 

Función fisiológica del yodo 

La función fisiológica del yodo consiste en que es necesario para la sintetización de tiroxina (T4) y triyodotironina (T3) en el tiroides. Estas hormonas regulan la liberación de energía por parte de las células influyendo en la permeabilidad de las membranas celulares, y ejercen un efecto sobre el metabolismo basal. La tiroxina tiene mucha influencia en el crecimiento, porque estimula la actividad de las enzimas implicadas en la formación de proteínas sintetizadas por el organismo. El yodo aumenta la producción de la hormona estimulante de la tiroides (TSH o tirotropina) en la hipófisis. Esta hormona, a su vez, se ocupa de la producción de las hormonas tiroideas tiroxina, triyodotironina y tetrayodotironina, utilizando el aminoácido tirosina. Estas regulan la actividad metabólica y la regulación del calor en del cuerpo.

 

Síntomas de carencia 

Cuando hay déficit, el tiroides intenta retener más yodo para la síntesis de hormonas tiroideas, lo que lo hace aumentar de tamaño (bocio, papada). El nivel de yodo en la sangre y la orina es muy bajo. Una mujer embarazada con falta de yodo puede dar a luz un niño con el cerebro mal desarrollado a consecuencia del déficit. Esta patología se llama hipotiroidismo congénito (cretinismo).

 

Los adultos tienen un metabolismo lento que retrasa las reacciones y mantiene húmedos los tejidos (mixedema). El yodo inhibe la producción de la hormona renina. Bajo su influencia se produce la hormona antidiurética (HAD), con la consecuencia de que los riñones segregan menos líquido. Esto aumenta la tensión sanguínea.

 

Protocolo para el hipotiroidismo 

Como el hipotiroidismo está causado por una falta de yodo, puede bastar con aumentar la ingesta de este elemento, por ejemplo, con comprimidos de kelp. Pero ten cuidado: en las enfermedades tiroideas autoinmunes como la tiroiditis de Hashimoto y la enfermedad de Graves-Basedow hay que evitar la suplementación con yodo. En cualquier caso, un consumo de yodo excesivo puede producir hipertiroidismo. Por eso se recomienda suplir con aproximadamente 150-200 μg de yodo al día, también dentro de la medicina ortomolecular.

 

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