Sistema inmune, microbioma y reloj biológico

domingo 28-octubre-2018

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Las alteraciones circadianas tienen un impacto sobre la salud. Especialmente el sistema inmune, pero también el cardiovascular, se resienten de un ritmo que se desvíe del día y la noche naturales. La fatiga puede pasarse por alto como síntoma. 

 

Hay dos grupos de personas en quienes podemos apreciar bien las consecuencias de la alteración circadiana: los que trabajan por turnos y los que viajan largas distancias con frecuencia (como azafatas y pilotos), lo que les hace sufrir un jet lag crónico. Los síntomas de un jet lag ofrecen una imagen clara de cuáles son los síntomas de las alteraciones circadianas para el cuerpo. Estos síntomas están cuantificados en la escala de jet lag de Columbia y, recientemente, también en la escala Charité, una iniciativa alemana para medir los síntomas de este trastorno.


Fatiga

Un síntoma lidera la lista, y ese es la fatiga. También son características la somnolencia y el despertarse en momentos "equivocados", así como los problemas de concentración y de estado de ánimo. A los síntomas del tracto digestivo se les presta menos atención, pero también se dan (y son más interesantes ahora que se sabe más sobre su vinculación con la microbiota). Las personas con jet lag pueden sentir hambre cuando no toca, pero también aparecen molestias gastrointestinales como náuseas, estreñimiento, sensación de hinchazón y diarrea. 


En las personas que trabajan por turnos estos problemas pueden adquirir un carácter crónico. Cuando las molestias gastrointestinales y los trastornos de sueño se vuelven permanentes, hay mayor probabilidad de padecer depresión. Trabajar a turnos también puede repercutir en la sexualidad y la fertilidad, observándose una relación clara con la alteración hormonal. A largo plazo, cuando el ritmo día-noche está crónicamente alterado hay una mayor probabilidad de enfermedad cardiovascular, sobrepeso y cáncer (de mama). En este último, los cambios epigenéticos influyen, así como el estado de metilación de miR-34b (un trozo del código micro-ARN), que pasa a promover los tumores.


Cuando se presenta alguien con estos problemas, el profesional de la salud quizá no piense de primeras en el trabajo por turnos ni en algo aún menos evidente: un biorritmo alterado por la exposición a la luz artificial y las pantallas (especialmente por las noches, porque eso también puede ser motivo de que se trastorne el ritmo día-noche). Pero cuando se descartan otras causas para los síntomas, está claro que merece la pena examinar bien el ritmo día-noche junto con el paciente.


Cerebro

Los trastornos del reloj biológico, además de fatiga, pueden acarrear alteraciones neurológicas como problemas de memoria, demencia, desórdenes anímicos y cuadros de ansiedad.


Pulmones y corazón

Las posibles consecuencias a largo plazo de un reloj biológico estropeado con demasiada frecuencia son cambios en el sistema cardiovascular, como ataques al corazón, derrames cerebrales o accidentes isquémicos transitorios. 


Hígado, páncreas, riñones

El reloj biológico está implicado en el metabolismo del hígado, el páncreas y los riñones. Los cambios metabólicos pueden resultar en obesidad y diabetes, entre otras afecciones.


Pecho y próstata

A largo plazo, es posible que las alteraciones del reloj biológico acarreen una mayor actividad oncogénica y una menor actividad génica en el área de la supresión tumoral.


Gónadas y útero

Las alteraciones pueden provocar infertilidad, bajo peso al nacer en los hijos y nacimientos prematuros.

 


En nuestro siguiente boletín publicaremos la tercera parte de esta serie de cinco sobre el sistema inmune, el microbioma y el reloj biológico: "Trasfondo evolutivo y modelos explicativos". Puede descargar aquí  el libro electrónico sobre la materia, completo y lleno de ilustraciones. En el encontrará todas las referencias científicas.