Mejor recuperación tras una infección por coronavirus cambiando hábitos

martes 1-febrero-2022

La mayoría de la gente que se infecta por coronavirus solo experimenta síntomas leves o moderados. No obstante, esta infección puede ir acompañada de cambios fisiopatológicos y secuelas persistentes. También se conoce como síndrome del COVID-19 persistenteo síndrome post COVID-19. Las secuelas más frecuentes son la fatiga constante, la pérdida de concentración, los pensamientos depresivos, la falta de aire/ansiedad, la fatiga muscular y el insomnio.

El curso natural de recuperación de la COVID-19 varía según la persona y depende de diversos factores, tales como la edad, el estado de salud del individuo previo a la infección vírica, la presencia de comorbilidades, la índole y gravedad de la infección, y la situación socioeconómica. Las estrategias de tratamiento integrales basadas en el estilo de vida y la suplementación pueden contribuir a la recuperación de su paciente [1].

 

Potenciar la recuperación mediante la alimentación

Tras haber padecido una infección, el cuerpo necesita un aporte extra de energía y nutrientes y esto lo obtendrá de una alimentación saludable. Las proteínas son necesarias, por ejemplo, para la recuperación de los pulmones y para mantener y desarrollar los músculos y el sistema inmunitario. Las vitaminas y los minerales también realizan numerosas funciones de apoyo en la recuperación de los procesos en nuestro organismo. Una alimentación saludable se compone, entre otros alimentos, de mucha fruta y verdura. Su consumo se asocia con una mejor función respiratoria y una reducción de la inflamación de las vías respiratorias, así como del estrés oxidativo [2].

El consumo de alimentos con propiedades antiinflamatorias se asocia con una mejor función pulmonar en adultos y niños sanos [3] y una mejor función pulmonar y una reducción de la mortalidad en personas con EPOC [4]. Además, estos alimentos presentan flavonoides como la fucoxantina y la astaxantina, los cuales se encuentran principalmente en alimentos de color amarillo, rosa y naranja. Entre ellos están varios tipos de frutas y verduras, algas y marisco [5]. El resveratrol, la curcumina y el té verde también poseen propiedades antiinflamatorias y pueden influir positivamente en el sistema inmunitario y el metabolismo energético [5].

Además, se puede conseguir una salud metabólica adecuada limitando el número de comidas a tres veces al día. El ayuno intermitente también tiene un efecto positivo en el metabolismo energético [6].

 

Optimizar el biorritmo para una mejor recuperación

Un biorritmo adecuado es importante si se quiere gozar de buena salud. Nuestro reloj biológico se encarga de que nuestro cuerpo funcione en armonía con el entorno, reaccionando a la luz del día e indicándonos cuándo debemos levantarnos y cuándo volver a dormir. Cuando este ritmo se altera, nuestro bienestar físico y mental se resiente. Un biorritmo adecuado mejora los patrones de sueño y, por tanto, la función cerebral, el funcionamiento del metabolismo y el sistema inmunitario [7]. A continuación, le ofrecemos algunas recomendaciones sobre cómo restablecer el biorritmo:

            Relájese lo suficiente durante el día y antes de irse a dormir
            Acuéstese y levántese siempre a la misma hora
            Evite las pantallas y las luces brillantes después de las 9 de la noche
            Use un filtro de luz azul en las pantallas por la noche o use gafas especiales
            Procure no comer unas horas antes de acostarse
            Duerma en una habitación oscura, con suficiente oxígeno y sin ruido
            Evite las sustancias que perturben el sueño, como la cafeína, la nicotina y el alcohol.

 

Hacer ejercicio suficiente es clave para recuperarse bien

Un buen propósito tras haber superado una infección podría ser ir a caminar o montar en bicicleta durante al menos media hora al día. Complemente esto con momentos de ejercicio intenso, eso sí, teniendo siempre en cuenta la gravedad de las secuelas. Realice ejercicio preferentemente al aire libre en una zona boscosa. El bosque emite terpenos y terpenoides que influyen positivamente en el sistema inmunitario y la función pulmonar [8].

La suplementación puede ser un refuerzo importante

A veces, las secuelas persisten porque el sistema inmunitario aún no funciona de forma óptima o porque no ha "aniquilado" al virus adecuadamente. Las sustancias que se indican a continuación pueden ayudar a restablecer el sistema inmunitario, eliminar el virus o reducir la sensación de fatiga.

Vitaminas y minerales

Las vitaminas y los minerales, como la vitamina D3, la vitamina C y el zinc, son de suma importancia para restablecer el equilibrio del sistema inmunitario y permitir que funcione de forma óptima [9]. La vitamina B12 no solo favorece el funcionamiento del sistema inmunitario, sino que también es un cofactor de varias enzimas del metabolismo energético, por lo que puede ayudar a reducir los síntomas de fatiga [10].

Lactoferrina

Una de las causas de las secuelas tras la COVID-19 es que el sistema inmunitario aún no ha eliminado al virus por completo. Esto provoca que el sistema inmunitario permanezca activo y, por lo tanto, que se consuma energía. La lactoferrina es una proteína endógena que puede ayudar a eliminar un virus [11,12]. La lactoferrina se puede utilizar como tratamiento en alta dosis.

PQQ

La pirroloquinolina quinona (PQQ) es un potente antioxidante que se encuentra en ciertos alimentos. Estimula el funcionamiento y la producción de nuevas mitocondrias, lo que conduce a una mayor resistencia y energía [13–15]. Por lo tanto, un suplemento de PQQ puede ayudar a combatir la fatiga.

 

Ubiquinol

El ubiquinol, una forma de la coenzima Q10, es una sustancia del organismo que tiene un potente efecto antioxidante. Además, el ubiquinol es esencial para la producción de energía en las mitocondrias. El ubiquinol se usa como suplemento para paliar los síntomas de fatiga, entre otras cosas [16].

 

Conocimientos en la práctica

Después de sufrir una infección por coronavirus, hasta los pacientes que solo han padecido síntomas leves o moderados pueden sufrir secuelas. Una estrategia de tratamiento integral que consista en combinar una alimentación saludable, restaurar el biorritmo, hacer ejercicio y suplementos, puede contribuir a la recuperación de su paciente.


Fuentes

1.           Alschuler L, Chiasson AM, Horwitz R, Sternberg E, Crocker R, Weil A, et al. Integrative medicine considerations for convalescence from mild-to-moderate COVID-19 disease. EXPLORE. 2020 Dec;S1550830720304171.

2.           Hosseini B, Berthon BS, Wark P, Wood LG. Effects of Fruit and Vegetable Consumption on Risk of Asthma, Wheezing and Immune Responses: A Systematic Review and Meta-Analysis. Nutrients. 2017 Mar 29;9(4):341.

3.           Han Y-Y, Forno E, Shivappa N, Wirth MD, Hébert JR, Celedón JC. The Dietary Inflammatory Index and Current Wheeze Among Children and Adults in the United States. The Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice. 2018 May;6(3):834-841.e2.

4.           Hanson C, Sayles H, Rutten E, Wouters EFM, MacNee W, Calverley P, et al. The Association Between Dietary Intake and Phenotypical Characteristics of COPD in the ECLIPSE Cohort. J COPD F. 2014;1(1):115–24.

5.           Ferramosca A, Di Giacomo M, Zara V. Antioxidant dietary approach in treatment of fatty liver: New insights and updates. WJG. 2017;23(23):4146.

6.           Speakman JR, Mitchell SE. Caloric restriction. Molecular Aspects of Medicine. 2011 Jun;32(3):159–221.

7.           de Punder K, Heim C, Entringer S. Association between chronotype and body mass index: The role of C-reactive protein and the cortisol response to stress. Psychoneuroendocrinology. 2019 Nov;109:104388.

8.           Kim T, Song B, Cho KS, Lee I-S. Therapeutic Potential of Volatile Terpenes and Terpenoids from Forests for Inflammatory Diseases. IJMS. 2020 Mar 22;21(6):2187.

9.           Alagawany M, Attia YA, Farag MR, Elnesr SS, Nagadi SA, Shafi ME, et al. The Strategy of Boosting the Immune System Under the COVID-19 Pandemic. Front Vet Sci. 2021 Jan 8;7:570748.

10.         Tardy A-L, Pouteau E, Marquez D, Yilmaz C, Scholey A. Vitamins and Minerals for Energy, Fatigue and Cognition: A Narrative Review of the Biochemical and Clinical Evidence. Nutrients. 2020 Jan 16;12(1):228.

11.         Drago-Serrano M, Campos-Rodríguez R, Carrero J, de la Garza M. Lactoferrin: Balancing Ups and Downs of Inflammation Due to Microbial Infections. IJMS. 2017 Mar 1;18(3):501.

12.         González-Chávez SA, Arévalo-Gallegos S, Rascón-Cruz Q. Lactoferrin: structure, function and applications. Int J Antimicrob Agents. 2009;33(4):301.e1-8.

13.         Chowanadisai W, Bauerly KA, Tchaparian E, Wong A, Cortopassi GA, Rucker RB. Pyrroloquinoline Quinone Stimulates Mitochondrial Biogenesis through cAMP Response Element-binding Protein Phosphorylation and Increased PGC-1a Expression. J Biol Chem. 2010 Jan 1;285(1):142–52.

14.         Harris CB, Chowanadisai W, Mishchuk DO, Satre MA, Slupsky CM, Rucker RB. Dietary pyrroloquinoline quinone (PQQ) alters indicators of inflammation and mitochondrial-related metabolism in human subjects. The Journal of Nutritional Biochemistry. 2013;24(12):2076–84.

15.         Saihara K, Kamikubo R, Ikemoto K, Uchida K, Akagawa M. Pyrroloquinoline Quinone, a Redox-Active o-Quinone, Stimulates Mitochondrial Biogenesis by Activating the SIRT1/PGC-1a Signaling Pathway.