En el curso de la evolución, el ser humano ha desarrollado un paquete de genes configurado para una vida con mucha actividad física y escasez de alimentos. Como cazadores y recolectores, estos seres humanos iban por la naturaleza comiendo alimentos según iban estando disponibles. Además, al cuerpo le encanta la comida (sabrosa) y prefiere crear reservas de alimentos. Antes eso estaba bien como estrategia de supervivencia, porque en épocas de escasez alimentaria se podía tirar de las reservas.
En la actualidad, esto ha dejado de ser necesario en el mundo occidental, porque ya no hay escasez de alimentos. Al contrario: se come en demasía y con demasiada frecuencia. Por otra parte, la mayoría de las personas son físicamente inactivas.
El exceso de calorías, en combinación con un metabolismo lento que ya no está adaptado a estos tiempos, acarrea sobrepeso y efectos negativos sobre la salud. Más aún: desde el punto de vista evolutivo, las personas que pesan muchísimo desarrollarían problemas de fertilidad e irían desapareciendo paulatinamente de la población. Un mal patrón alimentario también se relaciona con toda clase de enfermedades crónicas que probablemente se puedan evitar ayunando periódicamente.
Hace algún tiempo que se puso en relación la restricción calórica mediante ayuno intermitente con una larga esperanza de vida. Las enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y las afecciones neurológicas como el alzhéimer se presentan más tarde o no se presentan en absoluto, al menos en estudios con animales. Pero también se ha investigado con personas.
Una conocida estrategia que se aplica en el ayuno intermitente (AI) es el reparto 5-2, en el que se come normal cinco días y dos días a la semana se restringe la comida (300 calorías). Se ha demostrado en humanos que el AI tiene efectos beneficiosos sobre el metabolismo. La sensibilidad a la insulina aumenta, lo que conlleva una deseada disminución de la glucemia.
En otro estudio clínico con humanos se vio que durante el ayuno bajaban tanto la glucemia como el nivel de insulina, respectivamente, un 3-6% y un 20-31%. Además, los efectos hormonales durante el ayuno estimulan la quema de grasa. En suma, el AI es bueno para el metabolismo, aumenta la sensibilidad a la insulina y mejora el nivel de glucosa. Los investigadores concluyeron, en consecuencia, que los efectos del AI probablemente sirvan para prevenir la diabetes tipo 2.
Otra consecuencia positiva del AI es el retraso del proceso de envejecimiento, ya que protege de los efectos del estrés oxidativo y de la aparición de procesos inflamatorios de bajo grado. Tanto el estrés oxidativo como las inflamaciones están asociados con toda clase de enfermedades crónicas como las anteriormente mencionadas, incluyendo los procesos de envejecimiento. Piénsese, por ejemplo, en la aterosclerosis, que contribuye gradualmente a sufrir cardiovasculopatías. Además, estudios con animales han demostrado que el AI tiene efectos positivos sobre el perfil lipídico en sangre, la presión sanguínea y determinadas citocinas relacionadas con las inflamaciones.
Llama la atención el fascinante proceso de limpieza que desencadena el AI, la autofagia, mediante el que se eliminan selectivamente componentes celulares defectuosos. Esto es algo muy saludable, porque así también se descomponen y eliminan las proteínas no funcionales o defectuosas. Algunos investigadores señalan que este mecanismo protege las neuronas contra él alzhéimer, si bien en la actualidad esta enfermedad ya no se achaca solo a las acumulaciones de proteínas y también puede tratarse de un problema vascular o inflamatorio.
Asimismo, se ha visto en experimentos con ratas que el AI también puede estimular el crecimiento de nuevas neuronas. Además, aumenta también la liberación de la hormona cerebral llamada factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC). El déficit de esta sustancia está relacionado con la depresión y otras patologías cerebrales. Otro estudio demuestra que el AI posiblemente retrase la aparición del alzhéimer o, en cualquier caso, reduzca su gravedad.
Todo parece indicar que ayunar periódicamente trae consigo grandes ventajas para la salud de las personas, aunque hace falta más investigación. En los Países Bajos, por ejemplo, el catedrático de diabetología en el LUMC, Hanno Pijl, está estudiando cómo regulan nuestro metabolismo las hormonas y el sistema nervioso. Según Pijl, hay muchas razones para suponer que el AI tiene las mismas ventajas que se han observado con numerosas especies de animales. Comer menos y, sobre todo, no comer nada de vez en cuando, tiene efectos positivos sobre la salud.
https://www.bonusan.com/nl/nieuws/7-gezondheidsvoordelen-van-intermittent-fasting/
ANP/Roos Koole, Periodiek honger lijden is goed voor het lichaam, https://s.parool.nl/s-a4551859/