Ácido fólico

  • La deficiencia de ácido fólico está considerada una de las insuficiencias vitamínicas más frecuentes. Son diversos los factores que pueden llevar a esta situación, como una alimentación deficiente, malabsorción, unas mayores necesidades, consumo de medicamentos, envejecimiento, una mayor pérdida y deficiencias enzimáticas.

    Una conocida patología por déficit de ácido fólico es la anemia megaloblástica. No obstante, en los últimos años se presta también una atención creciente a un mayor nivel de homocisteína como síntoma de la deficiencia de ácido fólico. La homocisteína es un producto metabólico tóxico que en condiciones normales se descompone con ayuda del ácido fólico activo (5-MTHF). Si este proceso se ve perturbado, la homocisteína puede acumularse. Un mayor nivel de esta sustancia va acompañado de un incremento en el riesgo de enfermedades cardiovasculares (como trombosis venosa y arterial, infarto de miocardio o accidentes cerebrovasculares). El consumo de suplementos de ácido fólico parece poder reducir el nivel de homocisteína.

    El folato (la forma en la que está activo el ácido fólico en el cuerpo) desempeña un papel importante en el transporte de unidades monocarbono (sobre todo grupos metilo pero también metileno y formilo). Se conoce como metilación la unión de un grupo metilo a ADN, ARN, aminoácidos, histonas y diversos neurotransmisores. La metilación tiene un papel muy importante en el mantenimiento de diversas funciones fisiológicas del organismo. En ella participa el ácido fólico activo como donante de grupos metilo. La alteración de los procesos de metilación puede tener consecuencias graves, como infarto de miocardio, trastornos en la conducta, demencia o incluso cáncer. De hecho, el ADN parece ser más sensible a mutaciones cuanto menos metilado se vea. A medida que el cuerpo envejece, el equilibrio entre metilación y desmetilación se ve cada vez más alterado. Hay cada vez menos metilación en el conjunto del genoma y se ven sobremetilados precisamente los genes que pueden inducir procesos de reparación génica, con lo que se vuelven menos activos. Al mismo tiempo, se vuelven hiperactivos genes que tienen actividad protooncogénica (que estimulan la división de las células). Todas las sustancias formadas por metilación tienen un papel vital en el metabolismo. Así por ejemplo, la melatonina es serotonina metilada y la adrenalina noradrenalina metilada.

    Por la importancia de la metilación para la síntesis, estabilidad y recuperación del ADN, el ácido fólico tiene una gran trascendencia para todos los procesos del organismo en los que intervenga de forma importante la división celular. Así, las insuficiencias se manifiestan sobre todo en las células que se dividen rápidamente.

    De esta forma, el ácido fólico tiene una gran repercusión para el desarrollo del feto, en particular en el sistema nervioso. En gran cantidad de casos puede establecerse una relación entre embarazos asociados a defectos del tubo neural (como la espina bífida) y unos altos niveles de homocisteína y un metabolismo alterado del ácido fólico. El ácido fólico es además importante para la formación de glóbulos rojos, lo que se deriva del hecho de que ejerce de donante de metilo para la formación de hemo.

    Como el metabolismo del ácido fólico y la vitamina B12 van a menudo de la mano, a la hora de elegir un producto de ácido fólico es prudente ver que además de esta sustancia también contenga suficiente vitamina B12.
    • deficiencia de ácido fólico, por ejemplo por inflamación intestinal crónica, edad avanzada, tabaco, alcoholismo, hemodiálisis, afecciones hepáticas, embarazo, hipertiroidismo, infecciones, medicaciones, cáncer y SIDA
    • embarazo (actual o previsto)
    • hiperhomocisteinemia: un nivel de homocisteína excesivo es un factor importante en la aparición de afecciones cardiovasculares, defectos del tubo neural, patologías del sistema nervioso, diabetes, artritis reumatoide y alcoholismo
    • dolencias cardiovasculares (infarto de miocardio o ateroesclerosis, entre otras) y vasculares periféricas (apoplejía, entre otras)
    • deterioro cognitivo en personas mayores/demencia/Alzheimer
    • depresión (sobre todo en personas mayores)
    • trastorno bipolar
    • afecciones neuropsiquiátricas como dolencias tipo esquizofrénico, psicosis orgánica, insomnio, irritabilidad, problemas de memoria, neuropatía periférica, mielopatía y síndrome de piernas inquietas
    • inflamaciones gingivales (periodontitis, gingivitis)
    • gota (apoyo)
    • vitíligo
  • Una gran cantidad de fármacos parece influir negativamente en el nivel de ácido fólico (ver también “Interacciones”). En pacientes tratados con tales fármacos debe tenerse en cuenta la posibilidad de un menor efecto de la medicación a consecuencia de la toma de ácido fólico.

    Las dosis elevadas de ácido fólico (5-10 mg) en epilépticos pueden a veces motivar ataques. Por este motivo se aconseja cautela a la hora de aplicar altas dosis a tales pacientes.
  • Algunos científicos proponen que el ácido fólico puede inhibir la absorción de zinc. Sin embargo, la gran mayoría de las pruebas no respalda tal afirmación. En sujetos sanos no ha habido efecto alguno sobre el nivel de zinc ni siquiera con dosis de 5-15 mg de ácido fólico al día.

    En una reciente determinación de los niveles seguros máximos de ácido fólico en suplementos alimentarios por parte del Comité científico de la alimentación humana, se indica que no se han observado consecuencias negativas con dosis de hasta 5 mg al día. El Comité constata, no obstante, que las dosis elevadas de ácido fólico pueden dificultar la observación de deficiencias de vitamina B12, pero este es un problema de diagnóstico que puede evitarse con pruebas más específicas (determinación de ácido metilmalónico y/u homocisteína). Por estos motivos también se añade vitamina B12 a las buenas formulaciones de ácido fólico.
  • El ácido fólico se ve antagonizado por diversos fármacos. Los más importantes son: metotrexato, trimetoprim, gas hilarante (N2O), fenitoína, píldora anticonceptiva, triamterene, antiepilépticos, barbitúricos, metformina, carbamazepina, fenobarbital, primidona. Es posible la aparición de otras interacciones con fármacos convencionales o naturales. Consultar al respecto a un especialista. Además de esto, el alcohol obstaculiza la circulación enterohepática del ácido fólico.
  • Las recomendaciones de dosis de ácido fólico pueden variar entre 0,4 mg y 10 mg o más al día, dependiendo de la gravedad de la afección o problema de salud.

  • El ácido fólico es eficaz sobre todo cuando están presentes las otras vitaminas B, en particular la B12 y la B6. La vitamina C también tiene un efecto sinérgico con el ácido fólico. Por este motivo se aconseja el consumo de un complejo B50 o un buen múltiple y vitamina C con el ácido fólico.