Los valores elevados del marcador de inflamación PCR (proteína C reactiva) son característicos de las inflamaciones de bajo grado. Este proceso desempeña un papel importante en muchas enfermedades de la abundancia, como las cardiovasculares, la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades autoinmunes. Pero también en la depresión influyen las inflamaciones de bajo grado, según un metaestudio a gran escala.
Para el estudio se reunieron los resultados de dos investigaciones anteriores, con lo que se consiguió una población total de 73.000 sujetos de ensayo. Los participantes tenían entre 20 y 100 años de edad. La concentración de PCR de estas personas era conocida. Se establecieron los síntomas psíquicos con ayuda de cuestionarios. Se dedujo quiénes habían sufrido depresión por el uso de antidepresivos.
Resultó que una PCR elevada estaba relacionada con una mayor probabilidad de sufrir problemas mentales y depresión: para el uso confesado de antidepresivos, las probabilidades de sufrir depresión con un valor de la PCR a partir de 10 mg/l eran casi tres veces mayores en comparación con un valor de la PCR de un máximo de 1 mg/l. Para una PCR entre 1 y 3 mg/l, el riesgo de depresión aumentaba significativamente un 38%, mientras que para una PCR entre 3 y 10 mg/l la probabilidad de depresión era el doble. El riesgo de hospitalización como consecuencia de una depresión era dos veces mayor con una PCR a partir de 10 mg/l.
Tras la aparición de una inflamación, la cantidad de proteína PCR en el cuerpo aumenta durante un par de horas. En una inflamación de bajo grado, hay una pequeña cantidad de PCR circulando por la sangre. El contenido medido de proteína PCR da información sobre el grado de carga inflamatoria en el organismo, por lo que puede indicar si tu cliente tiene o no una inflamación de bajo grado.
ortho.nl/orthomoleculaire-bibliotheek/artikel/9204/Relatie-tussen-depressieen-verhoogde-CRP
Wium-Andersen MK, Ørsted DD, [..], Nordestgaard BG. Elevated C-reactive protein levels, psychological distress, and depression in 73, 131 individuals. JAMA Psychiatry 2013; 70(2):176-84