La fibra alimentaria es importante para envejecer con salud

viernes 22-septiembre-2017

Las zonas azules son lugares del mundo en los que vive mucha gente centenaria. Son un tesoro de información para los científicos que estudian nuestro envejecimiento. De estos estudios se desprende que la fibra alimentaria es más importante de lo que se creía para tener una vejez sana.

 

Las zonas azules son lugares del mundo en los que vive mucha gente centenaria. Son un tesoro de información para los científicos que estudian nuestro envejecimiento. De estos estudios se desprende que la fibra alimentaria es más importante de lo que se creía para tener una vejez sana.

 

Un equipo de investigadores ha estudiado las relaciones entre la ingesta de nutrientes, el contenido en minerales y el metabolismo de un grupo de ancianos. Una parte de este grupo estaba compuesta por personas centenarias sanas de la provincia de Bama, en el Himalaya chino. Bama es una zona azul en la que reside una cantidad especialmente grande de gente que ha superado los cien años de edad.

 

Los científicos descubrieron que había determinados marcadores metabólicos presentes sobre todo en las personas centenarias. Entre otros, resultó que en su perfil metabólico tenían mayores cantidades de ácidos grasos de cadena corta, como acético, butírico, propanoico y valérico. Así, gracias a las zonas azules conocemos cada vez más los procesos biológicos y patofisiológicos que provocan o frenan el envejecimiento.

 

Fibra alimentaria y flora intestinal 

Se halló una correlación positiva significativa entre los niveles altos de ácidos grasos de cadena corta y la ingesta de fibra alimentaria. La fibra alimentaria es transformada en ácidos grasos de cadena corta por las bacterias del intestino. Por tanto, una buena flora parece ser una condición imprescindible para un proceso de envejecimiento sano. Pero el perfil metabólico de estos ancianos también es diferente en otros aspectos.

 

En el análisis de minerales se vio que estructuralmente tenían mayores niveles en sangre de manganeso, hierro, cobre, cobalto, cinc y selenio. Los niveles de plomo eran más bajos que los de la población general. Unos niveles altos de plomo nos pueden provocar daños en estómago, intestinos, cerebro y sistema nervioso, lo que reduce la esperanza de vida sana.

 

Estos resultados confirman que las personas centenarias sanas tienen un perfil metabólico diferente al menos en cuanto a ácidos grasos y minerales. Esta diferencia se explica por la alimentación.

 

"El aumento de la ingesta de fibra alimentaria podría ser el camino hacia una larga vida", afirman los investigadores.

 

Inflamaciones crónicas de bajo grado 

Además de la intoxicación con metales pesados como el plomo, la inflamación crónica de bajo grado es el factor más importante en cuanto a reducción de la esperanza de vida. Otro estudio ha demostrado que la relación entre las inflamaciones y los riesgos para la salud es cada vez mayor a lo largo de la vida. Sobre todo aumentan el riesgo de muerte y la pérdida de funciones cognitivas.

 

¿Y entonces los telómeros? Estos determinan cuántas veces pueden dividirse nuestras células y, por tanto, la edad máxima a la que podemos llegar. Se ha demostrado que tener telómeros largos a una edad avanzada ya no tiene valor pronóstico. En la última etapa de la vida lo principal es la carga inflamatoria en el cuerpo.

 

La mejor estrategia 

Sabiendo lo que sabemos hoy en día, deberíamos cuidar la salud de nuestra flora intestinal, ingerir suficiente fibra alimentaria y comer muchos alimentos ricos en minerales como los mejillones y una buena ración de pescado. El ácido graso omega 3 EPA es especialmente bueno en este sentido: el EPA es transformado en sustancias que tienen un efecto inhibidor sobre los procesos inflamatorios del cuerpo.  

 

También es importante evitar alimentos que favorezcan la inflamación. Eso significa que debemos reducir principalmente todo lo que contenga omega 6, como margarinas y aceites vegetales, galletas, aperitivos y demás comida basura. Al contrario que el EPA, los ácidos grasos omega 6 se transforman en sustancias inflamatorias. Un equilibrio ideal entre ácidos grasos omega 3 y 6 está entre 5:1 y 1:1.

 

Finalmente, comer con menos frecuencia es una importante estrategia, por ejemplo mediante el ayuno intermitente, en el que dos días por semana se ingieren menos de 300 calorías y el resto de la semana se come normal. Esto reduce la carga oxidativa en el cuerpo. Además, los procesos oxidativos y la inflamación crónica de bajo grado van siempre de la mano. Juntos contribuyen en considerable medida a acelerar el envejecimiento de las células del cuerpo.

 

Fuentes  

Cai D, Zhao S, Li D, et al. Nutrient Intake Is Associated with Longevity Characterization by Metabolites and Element Profiles of Healthy Centenarians. Nutrients. 2016 Sep 19;8(9).

Yasumichi Arai et al., Inflammation, But Not Telomere Length, Predicts Successful Ageing at Extreme Old Age: A Longitudinal Study of Semi-supercentenarians, EBioMedicine, Volume 2, Issue 10, Pages 1549–1558, 25 oktober 2015.