La aparición de la EHNA es un proceso universal, también conocido como "teoría de los dos eventos". El primer "evento" consiste en el consumo de cantidades excesivas de hidratos de carbono y ácidos grasos saturados y trans. Todos estos factores aumentan la actividad del citocromo CYP2E1. Esta hiperactividad genera grandes cantidades de radicales libres e induce lipogénesis, provocando esteatosis hepática. El segundo "evento" consiste en (una combinación de) lo siguiente:
Déficit de SAMe
La SAMe se ocupa de la producción de la enzima glutatión peroxidasa (GPX), un antioxidante intracelular universal. El déficit de SAMe tiene por consecuencia, en primer lugar, una carencia de GPX y, en segundo, una merma en la capacidad de metilación. La desintoxicación intracelular de xenobióticos solo puede realizarse si las sustancias tóxicas son metiladas.
Trastornos mitocondriales
La desintoxicación es un proceso costoso, por lo que consume grandes cantidades de ATP. Los trastornos en la producción de ATP (por ejemplo, por falta de magnesio) pueden dar origen al desarrollo de aún más radicales libres y, por tanto, a daños en las células hepáticas funcionales.
Insulinorresistencia
La resistencia a la insulina suele presentarse con la EHNA. Incluso en un estadio temprano de la insulinorresistencia se puede detectar esteatosis hepática.
Exceso de ácido linoleico en la dieta
El ácido linoleico está presente en un gran número de alimentos, como cereales, aceites vegetales, margarinas y especies animales que han sido alimentadas con cereales y se han movido poco. El ácido linoleico es el ácido graso con mayor efecto proinflamatorio. Debido al exceso de ácido linoleico, este cada vez se transforma menos en ácido araquidónico y se produce una hiperactivación del CYP2C9, lo que hace que se fabriquen grandes cantidades de radicales libres y se produzcan leucotoxinas.
El diagnóstico de EHNA se establece por medio de una lista de síntomas:
- Agotamiento
- Náuseas, vómitos
- Dolor abdominal en la parte superior derecha.
- Pérdida de apetito
- Febrícula
- Orina oscura
- Dolor muscular
- Prurito
El tratamiento de las personas que padecen EHNA consiste en un protocolo universal:
La pérdida de un 10% de peso en un periodo de tres meses reduce un 80% la esteatosis hepática. La pérdida de peso se lleva a cabo reduciendo los hidratos de carbono en la dieta y realizando ejercicio.
Uso de hepatoprotectores como los presentes en el ajo, la alcachofa, el tomate, el ruibarbo, el pescado, el regaliz, las setas, el jengibre, el comino, la cebolla, el puerro y ciertos alimentos ricos en fibra.
Uso de aceite de ajo, aceite de jengibre y fuentes de silimarina para regenerar la estructura del hígado.
Uso de salvestroles, con capacidad regeneradora y potente acción restablecedora de la sensibilidad a la insulina tanto del hígado y células hepáticas como del hipotálamo.
La cantidad de fibra en la dieta parece tener una importancia decisiva en la capacidad de desintoxicación del hígado, el intestino y los riñones. Las fibras son hidratos de carbono de cadena larga difíciles de digerir. En la fibra crecen bacterias que, como las bifidobacterias, tienen una función desintoxicante. Un alimento importante rico en fibra es la inulina, un lignano presente, por ejemplo, en la fruta, las verduras, los frutos secos y las semillas. La inulina puede aumentar su volumen hasta cinco veces, y tiene los siguientes efectos: aumento de la termogénesis, prolongación de la digestión (lo cual provoca saciedad), y disminución de la producción de insulina.
La EHNA es la base para el desarrollo de pancreopatías como la diabetes y la pancreatitis. Otros factores para el desarrollo de pancreatitis son el consumo excesivo de alcohol, los cálculos biliares, la hipoxia, la insulinorresistencia y una alimentación hipercalórica. La pancreatitis es una enfermedad muy frecuente (a menudo sin detectar) que puede acarrear la muerte por fallo multiorgánico. El tratamiento es muy parecido al de la EHNA, con la indicación adicional de que está absolutamente contraindicado el uso de medicamentos.
El proceso de desintoxicación a nivel tanto hepático como extrahepático es multifásico, costoso (ATP) y esencial para conservar la salud. Sobre todo los hábitos de vida deficientes socavan la capacidad de desintoxicación del hígado, en principio infinita. La fruta y la verdura constituyen las fuentes más importantes de sustancias desintoxicantes. El azúcar y otros carbohidratos refinados, el ácido linoleico, el alcohol, el tabaco, la falta de ejercicio y el estrés cargan la capacidad de desintoxicación de todos los tejidos del cuerpo humano. Una carga que puede causar el desarrollo de enfermedades como la arteriosclerosis y la EHNA.
La dieta es la base dentro del tratamiento de personas que padecen sobrecarga tóxica. No existen fórmulas mágicas: se trata mayormente del efecto combinado de diferentes sustancias activas sobre enzimas tanto de fase I como de fase II. Solo puede haber desintoxicación si los órganos secretores funcionan de forma óptima, esto es, el intestino, los riñones, los pulmones y la piel. Por tanto, se trata de una terapia integral.