La alimentación siempre desencadena una reacción inflamatoria

sábado 25-febrero-2017

Cuando comemos, además de nutrientes también ingerimos muchas bacterias. La inflamación postprandial hace que estas bacterias sean señalizadas a tiempo. ¿Pero comemos los suficientes nutrientes como para llevar por buen camino este proceso?

 

Cuando comemos, el cuerpo se ocupa simultáneamente tanto de la distribución de la glucosa digerida como de las bacterias que la acompañan. Esto desencadena una reacción inflamatoria que activa el sistema inmune. En personas sanas, esta inflamación postprandial de corta duración tiene un papel importante en la asimilación de la glucosa en las células y en la activación del sistema inmune.

 

Activación del sistema inmune 

Investigadores suizos acaban de demostrar que el número de macrófagos (células inmunitarias) en los intestinos aumenta durante la comida. Estas células producen IL-1β, un importante señalizador dentro del sistema inmune. Cuando el nivel de glucosa en sangre es alto, la insulina desencadena un aumento en la producción de IL-1β por parte de los macrófagos. Esto estimula a su vez la producción de insulina en el páncreas. Así pues, la insulina y la IL-1β trabajan juntas para regular el nivel de glucosa en sangre, mientras que el señalizador hace que el sistema inmune sea abastecido de glucosa para que así quede activado exactamente el tiempo necesario.

 

Bacterias y nutrientes 

Según los investigadores, la reacción inflamatoria postprandial depende de las bacterias y nutrientes que se ingieren con la comida. Cuando la cantidad de nutrientes es suficiente, el sistema inmune es capaz de defenderse de las bacterias desconocidas. Sin embargo, lo contrario también es cierto: cuando hay algún déficit de ciertos nutrientes, las pocas calorías que quedan se reservan para las funciones vitales más importantes. Esto se realiza a costa del sistema inmune.

 

En personas con sobrepeso, el proceso de inflamación falla, lo que puede dar lugar a diabetes. En pacientes diabéticos, el señalizador IL-1β pone en marcha una inflamación crónica y hace que las células beta productoras de insulina dejen de hacer su trabajo.

 

Inflamaciones crónicas de bajo grado 

La activación crónica del sistema inmune está causada, por ejemplo, por la sobrealimentación, el comer demasiadas veces, el estar mucho tiempo sentado, la falta de sueño, el escaso ejercicio y los problemas psicoemocionales no resueltos. La suma de factores de riesgo provoca la activación crónica de los ejes de estrés y la penetración de desechos bacterianos en el torrente sanguíneo. El resultado es una inflamación crónica de bajo grado.

 

Cada vez resulta más claro que las inflamaciones crónicas de bajo grado son la causa de la mayoría de las afecciones crónicas no transmisibles, si no de todas. Una alimentación sana (ecológica) con muchos nutrientes (como la paleodieta, la dieta nórdica o la mediterránea) consigue que la inflamación postprandial pueda hacer bien su trabajo y no se convierta en una inflamación de bajo grado. Constituye, junto con el suficiente ejercicio físico, el principal medio preventivo de toda una serie de patologías de la abundancia, como la diabetes tipo 2.

 

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Fuente

Erez Dror, Elise Dalmas, Daniel T Meier, Stephan Wueest, Julien Thévenet, Constanze Thienel, Katharina Timper, Thierry M Nordmann, Shuyang Traub, Friederike Schulze, Flurin Item, David Vallois, Francois Pattou, Julie Kerr-Conte, Vanessa Lavallard, Thierry Berney, Bernard Thorens, Daniel Konrad, Marianne Böni-Schnetzler & Marc Y Donath, Postprandial macrophage-derived IL-1β stimulates insulin, and both synergistically promote glucose disposal and inflammation, Nature Immunology (2017) 16 jan 2017.