La paleodieta no está hecha para carnívoros

lunes 23-enero-2017

Un estudio reciente acaba con la idea de que nuestros antepasados fuesen principalmente carnívoros en las sabanas. Además de mucho pescado, moluscos y un poco de carne, parece ser que comían sobre todo vegetales. Al menos cincuenta y cinco tipos diferentes, según los investigadores.

 

Que, en general, la paleodieta no está hecha para los carnívoros es algo que llevamos años diciendo en nuestros cursos. Lo más probable es que el ser humano como lo conocemos hoy en día evolucionara en un ecosistema acuoterrestre. Donde se juntan tierra y agua, el ser humano es mucho más pescador que cazador, lo cual tiene una explicación lógica.

 

La caza suele ser difícil y no garantiza la subsistencia. Los alimentos vegetales (tubérculos, frutos secos y semillas, por ejemplo) están disponibles en muchos sitios a lo largo de todo el año. Incluso hay tribus tradicionales hoy en día que siguen viviendo así, como los hadza de Tanzania. ¿Por qué, entonces, nuestros ancestros aparecen muchas veces en los medios de comunicación como carnívoros?

 

Los restos animales, como los huesos, se conservan mucho mejor que los restos vegetales. Esto deforma la imagen que tenemos de la comida de aquellos tiempos. Pero es posible que una nueva investigación de la universidad Bar-Ilan de Israel modifique esta situación. Los investigadores han hecho un importante descubrimiento: restos vegetales bien conservados en un asentamiento del ecosistema acuoterrestre de hace 780.000 años.

 

Más de 55 tipos de plantas 

Los científicos han estudiado un total de 100.000 restos de 117 tipos de plantas diferentes. De entre ellas, calculan que al menos se comían 55 tipos distintos, pero posiblemente hubiera muchos más. Aparte de tubérculos, bulbos, frutas y frutos secos, también se encontró una cantidad relativamente alta de plantas acuáticas. 

 

Además, no se han encontrado restos quemados, de lo que se deduce que esas 55 plantas fueron realmente consumidas. Aunque esto pueda generar dudas, es difícil explicar de otro modo que haya mucha más cantidad de variedades de plantas comestibles en el asentamiento que en su entorno directo.

 

Actual falta de variedad 

A lo largo de nuestra evolución probablemente comíamos una enorme variedad de alimento vegetal. Nuestro genoma se adaptó a esta alimentación, pero en las últimas dos o tres generaciones estamos comiendo sobre todo mucho alimento procesado. La variación lleva desaparecida de nuestro patrón alimentario desde la Revolución Industrial. Este hecho explica en buena parte que haya aumentado la carga patológica.

 

Una alimentación diversa abastece de una amplia gama de nutrientes, de forma que tardamos más en enfermar o no lo hacemos en absoluto. También hace que en épocas de escasez podamos recurrir a diferentes fuentes alimentarias. Además, limita la ingesta de toxinas procedentes, por ejemplo, de un solo tipo de planta. Por consiguiente, ¡hay muchas razones para devolver a nuestra alimentación la necesaria variedad!

 

Fuentes 

  1. Yoel Melamed, Mordechai E. Kislev, Eli Geffen, Simcha Lev-Yadun, Naama Goren-Inbar, The plant component of an Acheulian diet at Gesher Benot Ya‘aqov, Israel, PNAS, vol. 113 no. 51, pp. 14674-9, 2016.
  2. newscientist.com/article/2115127-ancient-leftovers-show-the-real-paleo-diet-was-a-veggie-feast/
  3. nrc.nl/nieuws/2016/12/07/er-zat-weinig-vlees-in-een-echt-paleodieet-5686595-a1535146