Un ejemplo conocido del ayuno intermitente es el esquema 5:2, según el cual se come normal durante cinco días y en los otros dos se ingieren unas 300 calorías diarias. Estas calorías se toman sobre todo para saciar un poco el hambre. Por supuesto, en los días de alimentación común, es especialmente importante comer suficientes proteínas buenas, grasas, fibras, vitaminas y minerales. Para ello se recomiendan las dietas páleo, mediterránea y/o nórdica, completadas con un multivitamínico de amplio espectro. También se puede seguir tomando normalmente la suplementación básica en los días de ayuno, en las horas de la comida.
Se ha demostrado que el ayuno intermitente reduce en todo caso la insulinorresistencia entre los hombres. También se ha visto que reduce el nivel de glucosa en la sangre. En estudios clínicos con seres humanos, los niveles glucémicos bajaron un 3-6% y el nivel de insulina descendió un 20-31% durante el ayuno. La investigación demostró que se produce una reducción significativa de la insulina y que aumenta la sensibilidad a la insulina. Además, las hormonas liberan la grasa corporal almacenada para su combustión. Por este motivo, el ayuno intermitente puede ofrecer protección a las personas con riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
El estrés oxidativo es un factor importante dentro del proceso de envejecimiento y, junto con las inflamaciones de bajo grado, está detrás de muchas enfermedades crónicas. Varios estudios señalan que el ayuno intermitente hace más resistente al cuerpo contra el estrés oxidativo. Además, también demuestran que puede ayudar a reducir la carga inflamatoria en el cuerpo.
Aunque los estudios se han realizado principalmente con animales, los primeros resultados son muy prometedores. Existen diversos marcadores de salud que indican un riesgo mayor o menor de sufrir enfermedades cardiovasculares. En animales se ha demostrado que el ayuno intermitente influye positivamente en estos marcadores, por ejemplo, en la presión sanguínea, los niveles de colesterol malo y colesterol total, los marcadores de inflamación y los niveles de glucosa en sangre.
Durante el ayuno, todos los procesos de reparación del cuerpo se aceleran. Así, se activan las células de una ruta metabólica que se llama autofagia. Se trata de una especie de procesamiento de residuos: las células limpian las proteínas y restos de proteínas que están rotos y no funcionan y que se han ido acumulando en las células. Algunos científicos opinan que esto protege contra diversas patologías, entre ellas el alzhéimer. Esta opinión está basada en la hipótesis de que la acumulación de proteínas en el cerebro es la responsable de esta forma de demencia, aunque existen también otras ideas al respecto.
Diferentes estudios con ratas han demostrado que el ayuno intermitente estimula el crecimiento de nuevas neuronas. Además, también aumenta los niveles de la hormona cerebral llamada "factor neurotrófico derivado del cerebro" (FNDC), cuyo déficit se ha relacionado con la depresión y otras enfermedades de este órgano. Un estudio con ratas ha demostrado que el ayuno intermitente posiblemente retrasa la aparición del alzhéimer y reduce su gravedad. También se obtuvieron buenos resultados con humanos: el ayuno mejoró los síntomas del alzhéimer en 9 de cada 10 pacientes. Con animales también se han obtenido resultados prometedores con otras patologías neurodegenerativas.
Estudios con ratas demuestran que el ayuno intermitente puede prolongar la esperanza de vida. En uno de estos estudios, las ratas que ayunaban en días alternos vivieron un 83% más que las que no lo hacían. Aunque con seres humanos esto aún no se ha demostrado con seguridad, es razonable pensar que funciona. Y es que la explicación está en las ventajas que proporciona el ayuno intermitente para el metabolismo, la defensa antioxidante y los marcadores de salud. Esto se puede traducir en una mayor esperanza de vida.
También si tu cliente tiene sobrepeso, el ayuno intermitente puede ser de ayuda. Según un estudio de revisión de 2014, puede proporcionar una reducción de peso de entre el 3% y el 8% en un periodo entre 3 y 24 semanas. También disminuyó el contorno medio de cintura entre un 4% y un 7%. Suponiendo que una mujer ingiera 2000 calorías al día, con dos días de ayuno (600 calorías como máximo) "ahorraría" unas 3400 calorías a la semana. Si en los cinco días restantes no come 680 calorías más al día, adelgazará. Una gran ventaja de este estricto control de las calorías es que se vive la sensación de hambre de otra manera y se cae menos en la tentación de comer excesivamente. Otra gran ventaja es que no hay que estar pendiente del peso todos los días.
Atención: El ayuno intermitente posiblemente no sea recomendable para niños, embarazadas, mujeres lactantes, ancianos y personas con bajo peso.
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