Hace ya más de un año que el mundo se encuentra bajo el dominio del virus SARS-CoV-2. Desde entonces nuestras vidas han sido de todo menos normales. Durante este último periodo, el virus ha traído multitud de cambios para todos nosotros. Riesgos para la salud, suspensión o transformación del trabajo, distanciamiento social obligatorio y una gran incertidumbre financiera. Nunca antes habíamos estado tan expuestos a tantos estresores diferentes al mismo tiempo, por lo que no es de extrañar que cada vez más estudios muestren las consecuencias psicosociales negativas que causa el coronavirus. Afortunadamente, existen formas de aumentar la tolerancia al estrés.
Al principio de la pandemia del coronavirus, la atención se centraba principalmente en las complicaciones médicas físicas de la infección, aunque ahora también se ha detectado un aumento en el número de trastornos mentales [1]. Por ejemplo, los expacientes y los familiares de pacientes hospitalizados padecen una mayor incidencia de síntomas de ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y trastornos del sueño [2,3]. Además, entre el personal sanitario se ha observado un aumento de los síntomas de TEPT, ansiedad y depresión [4,5].
Pero no solo los pacientes y las personas que han estado en contacto directo con los pacientes de coronavirus experimentan problemas psicosociales causados por la pandemia del coronavirus. Los estudios realizados en la población general indican que las personas experimentan más estrés, ansiedad, sentimientos depresivos y síntomas de TEPT que antes del confinamiento [2,6]. Tanto en ancianos sanos como en personas con demencia, se puede ver que el aislamiento social ha causado un gran impacto en su salud mental [7]. Es más, los efectos del confinamiento y el distanciamiento social también se hacen visibles entre los jóvenes. Un estudio realizado en Bélgica mostró que los problemas psicológicos n el grupo de edad de entre 16 y 25 años se han dado con más frecuencia durante la pandemia que en 2018 [8]. Este estudio también demostró que los jóvenes con poco apoyo social son más propensos a sufrir problemas de salud mental. Además, los niños más pequeños también experimentan más síntomas de soledad y ansiedad [9]. Es evidente que los efectos de la pandemia en la salud mental son visibles en todas las capas de nuestra sociedad.
La respuesta neuroendocrina al estrés
El estrés emocional o psicosocial consiste en experimentar emociones negativas, como el miedo, la ira y la desesperanza. A menudo, el estrés psicosocial es el resultado de factores estresantes que se escapan de nuestro control, como puede ser un nuevo virus y todas las consecuencias que ello conlleva para la sociedad. La exposición a estresores suscita la conocida como reacción de lucha o huida. Esta respuesta al estrés implica la rápida activación de múltiples sistemas neuroendocrinos, incluidos el sistema nervioso simpático y el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (eje HHA). La soledad y el aislamiento social también pueden provocar una respuesta de estrés y se asocian a una mayor actividad del eje HHA [10].
Existe una variedad de acciones que pueden influir en la respuesta neuroendocrina al estrés y contribuir positivamente a la salud mental.
La soledad y el aislamiento social están asociados a una mayor actividad del eje HHA [10]. A pesar de guardar la distancia, asegúrese de mantener suficiente contacto social. Hablar sobre las experiencias también garantiza que todo tenga cabida en el cerebro y que el sistema de estrés pueda descansar. Tocar y ser tocado, especialmente mediante el contacto piel con piel y el contacto visual, conducen a la producción de oxitocina, un neurotransmisor que tiene un fuerte efecto reductor del estrés [12]. El consejo es, por tanto, abrazar lo suficiente a los miembros de la familia.
Una de las formas más investigadas y probadas para calmar el sistema de estrés es la meditación. Meditar durante unos 20 minutos a diario es una forma estupenda de desconectar el cuerpo y la mente [13,14]. Existe una gran cantidad de meditaciones guiadas en línea en todo tipo de plataformas.
Existe un gran número de estudios que han demostrado que hacer ejercicio de forma regular reduce el riesgo de padecer ansiedad y depresión. Este efecto se debe, en parte, al efecto regulador que tiene el ejercicio sobre el eje HHA [15]. Por tanto, mantenerse físicamente activo durante la pandemia puede contribuir a la salud mental.
La ingesta de ácidos grasos omega-3 se asocia con un efecto positivo en la salud mental. Los ácidos grasos omega-3 tienen, entre otros muchos efectos positivos, un efecto regulador sobre el eje HHA [16].
El sistema de estrés también puede calmarse mediante las plantas adaptógenas. Las plantas adaptógenas contienen sustancias naturales que aumentan el nivel de resistencia durante situaciones de estrés. Ayudan a mejorar tanto el rendimiento físico como el mental, y contribuyen a la homeostasis del cuerpo. Además, afectan a los procesos de enfermedad y envejecimiento a través de su influencia en el sistema de estrés. Las plantas adaptógenas que pueden ser utilizadas son: Eleutherococcus senticosus (ginseng siberiano), Panax ginseng (ginseng chino), Schisandra chinensis, Withania somnifera (ashwagandha) , Rhodiola rosea (raíz de rosa) y Ginkgo biloba[17].
El GABA es el principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central, además de tener un efecto inhibidor sobre el eje HHS. Diferentes estudios indican que la ingesta oral de GABA proporciona un efecto calmante y reductor de la ansiedad [18–20]. La valeriana (Valeriana officinalis) y la pasionaria (Passiflora incarnata) también estimulan la acción GABAérgica en el sistema nervioso central [21]. Eche también un vistazo a nuestros artículos: ¿Cómo calmar el eje HHA? El GABA, protagonista;[ El mecanismo de funcionamiento del GABA.
1. Pedrosa AL, Bitencourt L, Fróes ACF, Cazumbá MLB, Campos RGB, de Brito SBCS, et al. Emotional, Behavioral, and Psychological Impact of the COVID-19 Pandemic. Front Psychol [Internet]. 2020 Oct 2 [cited 2021 Feb 18];11. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7561666/
2. Vindegaard N, Benros ME. COVID-19 pandemic and mental health consequences: Systematic review of the current evidence. Brain Behav Immun. 2020 Oct;89:531–42.
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